Tiempo con my little sister (Elena)

Estaba de lo más aburrida en casa, "mirando" la televisión, no tenia muchas ganas de hacer algo en especial, pues gracias a lo tenso de la situación que se encontraba la familia, todo era un verdadero caos y aunque agradecida mucho el poder tener un tiempo a solas.
Ese día la gran mayoría de la familia había salido a cazar, y yo había decidido quedarme a quedar de la más reciente y pequeña integrante de la familia.
Elena a pesar de que en el pueblo decíamos que era nuestra nueva hermana, a mi había llegado como la hija que no tenia, en el poco tiempo que tenia con nosotras ya la amaba y me costaba pensar en un mundo sin ella.
- Elena...¿Donde estas? - pregunte bajando por las escaleras, no era mucho el tiempo que la había dejado sola pero con los niños pequeños se tenia que estar muy atento, pues se metían es tantos problemas en tan poco tiempo.

Era muy divertido vivir en una casa tan grande como la de los Cullen, ¡había muchísimo espacio para jugar! Bueno, aunque Nahuel me había dicho que no podía usar mi pelota de basketball o saltar la cuerda adentro de la casa, o hacer cosas parecidas, porque podía romper algo, y la casa no era nuestra... Eso no lo entendía, ¿no se supone que ya somos Cullen?
De todas maneras ahora tenía algo más importante en qué pensar; no podía escoger el lazo para el cabello más bonito entre los que tenía, para ponerselo a mi muñeca.
Había uno rosa con puntos blancos, uno verde, y uno colorido. Hmm, ¿cuál se verá mejor?
Escuché una voz y unos pasos en las escaleras. ¡Rosalie! Dejé a la muñec en el suelo y corrí hacia mi nueva hermana, feliz. Pensaba que todos se habían ido a comer, cazar, eso... Pero ahora tenía alguien con quien jugar. Sonreí.
--¡Rose! Pensé que todos estaban allá afuera--señalé el bosque, que estaba justo afuera de la casa... Vivir en el bosque era genial, era como los cuentos de hadas--Estaba aquí abajo, en la sala, juego con mis muñecas...

Continué bajando las escaleras y ya casi al final de esta escuche los pasos de Elena que venían de la sala, una sonrisa que generalmente nunca se posaba en mi rostro, apareció en él para dedicársela a mi hermanita que entraba corriendo a verme, me agache para quedar a su altura, me gire momentáneamente a mirar el bosque a donde señalaba y negué con una sonrisa regresando mi mirada a ella - No, yo decidí quedarme con mi hermana favorita - Dije tocando un dedo la punta de su pequeña nariz antes de tomarla rápidamente en mis brazos dándole una vuelta.
Comencé a caminar rumbo a la sala bajándola cuando llegamos junto a sus juguetes, me senté de chinito en el piso para poder mirarla mejor - Y a que juegas - le dije tomando una de sus muñecas - ¿ Tendré el honor de jugar contigo, pequeña? - Le dedique la sonrisa más dulce y tierna que pude formar en mi rostro.

Reí cuando Rose me cargó, y después regresamos a la sala, donde estaba mi muñeca. Cuando ella se sentó, yo hice lo mismo, igual que ella. Cuando crezca me gustaría ser como Rosalie. Era muy bonita, y muy cariñosa. A veces imaginaba que si mamá estuviera conmigo, sería como ella, debía serlo. Todas las mamás eran dulces y amables, como mi hermana.

--Jugaba con mi muñeca, estoy viendo qué lacito combina mejor con su nuevo vestido--la acerqué a ella, mostrándole el pequeño vestido color azul claro, y luego los tres lazos diferentes, todos muy bonitos--No puedo decidirme... Claro que puedes jugar, así tal vez puedas ayudarme a escoger--contesté con una gran sonrisa.